¿Cómo nació la idea de crear un disco inspirado en los poemas de las hermanas Brontë?
Recuerdo que, hace años, en una librería de Barcelona me encontré con la novela Cumbres borrascosas, de Emily Brontë. No conocía a la autora ni la temática del libro, pero lo compré y lo leí ávidamente. Me impactó mucho: su lenguaje, la psicología de sus personajes y el enorme fuego que destilaban aquellas páginas.
Más recientemente leí Jane Eyre, de Charlotte Brontë; Agnes Grey y La inquilina de Wildfell Hall, de Anne Brontë, y me “embrujaron” de tal manera que me puse a investigar sobre las vidas de estas tres hermanas y mujeres increíbles, hasta que encontré su libro de poemas, publicado en 1846.
Puse algunos de sus poemas encima del piano y empecé a cantar algunos de sus versos. Iban surgiendo melodías una tras otra y no podía parar. Poco a poco fui hilando y dando forma a un disco conceptual basado en trece de sus poemas, que ha resultado ser una de las experiencias creativas más bonitas de mi vida.
¿Qué fue lo que más te atrajo de su universo poético: la naturaleza, la soledad, la espiritualidad…?
Esos tres conceptos me atrajeron muchísimo, sí. También la inmensa riqueza de su mundo interior. Eran capaces de combinar imágenes de la naturaleza con una profunda introspección del yo, a menudo recurriendo a paisajes para expresar anhelos, miedos o consuelos.
No hay que olvidar que vivían en la rectoría de su padre, en el pequeño pueblo del norte de Inglaterra, Haworth (Yorkshire), en un entorno rural donde los páramos se extienden salvajes y que para ellas representaban su espacio de libertad.
¿Cómo ha sido el proceso de seleccionar los trece poemas entre la extensa obra de las tres hermanas?
Me dejé llevar por aquellos poemas que me emocionaban y que se iban transformando, de forma fluida y natural, en canciones. Desde un principio supe que no quería acortar ninguno, por lo cual tuve que descartar algunos más extensos.
La estructura del álbum se fue configurando a medida que avanzaba en la composición. Pronto me di cuenta de que la primera cara del álbum estaría destinada a seis poemas de Emily Brontë (su producción poética es más amplia), y la segunda cara a tres de Anne y tres de Charlotte, para terminar con «Fall, Leaves, Fall», de Emily, para cerrar el círculo y volver al principio del disco.
¿Has sentido algún paralelismo entre el paisaje de Yorkshire que ellas describen y el de Menorca, tu tierra?
Sí. El paisaje de Menorca en invierno tiene similitudes con el del norte de Inglaterra. De hecho, el disco lo compuse y grabé entre los meses de noviembre de 2024 y marzo de 2025, de modo que la conexión estacional está presente.
Cuando ya había acabado el disco, tuve la suerte de pasar unos días en Haworth. Fue una verdadera conexión emocional visitar su casa-museo y caminar a través de los páramos. Me impresionó la amplitud del paisaje y sentí que la música que compuse desde Menorca estaba en consonancia con lo que vi allí. Aquello fue muy importante para mí.
En tus anteriores trabajos ya se percibe un diálogo entre literatura y música. ¿Qué papel juega la palabra escrita en tu proceso creativo?
La poesía, desde hace años, se ha convertido en uno de mis principales estímulos creativos. Aunque he escrito letras en discos anteriores, musicar poemas me parece una forma preciosa de conjuntar distintas expresiones artísticas y dialogar con otras sensibilidades.
El disco tiene una atmósfera muy cinematográfica. ¿Cómo ha influido la producción sonora en la manera de contar estos poemas?
La producción es una de las facetas que más me interesan a la hora de hacer música, y los poemas de las hermanas Brontë me han permitido ser descriptivo y visual, creando imágenes al igual que ellas hacían con su literatura.
Durante estos últimos años he compuesto bandas sonoras instrumentales para audiovisuales, danza, teatro y documentales, lo cual me ha permitido incorporar algunas de esas texturas en las canciones, especialmente en temas como «At Castlewood» o «Speak of the North».
En este proyecto, además, canto acompañado de dos grandes voces: las de Clara Gorrias y Neus Ferri, quienes se han involucrado mucho en el proyecto, además de músicos e ingenieros que han hecho un trabajo increíble. A todos/as les estoy eternamente agradecido.
¿Qué diferencia «Night», de Anne Brontë, de «Fall, Leaves Fall», de Emily Brontë, en términos de emoción o estilo musical?
Son canciones distintas, aunque ambas tienen un carácter íntimo y están escritas en primera persona. Musicalmente, tienen similitudes: son breves, acústicas y cantamos en tres partes de armonía, tratando de alcanzar la sensibilidad de sus versos.
En «Night», la noche acontece como una gran tela negra donde la poeta proyecta sus miedos y su consuelo. El poema juega con el contraste claro-oscuro para subrayar la lucha entre la duda y la fe interior.
En cambio, en «
Fall, Leaves Fall», la caída de las hojas sirve de metáfora del paso del tiempo y de la aceptación de la pérdida. El ritmo pausado evoca el descenso suave que vive la naturaleza, pero también la melancolía de quien contempla los ciclos inevitables.
(Alex Brito) (Translation)
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